lunes, 23 de enero de 2017

Mona Lisa

Mi única esperanza es que alguien me saque de aquí, aunque acabe mal. Romper este tedio. Pero los señores de traje cada vez lo ponen más difícil. Se enriquecen de esta absurda esclavitud mía.

¿Qué es lo que miran? Todos me observan, pero nadie se detiene más de un minuto. Han cumplido su vanidoso deseo. Todos son de hecho la misma persona. No puedo moverme. Si pudiera les gritaría que se largasen. Es una condena: no puedo borrar esta estúpida sonrisa. Les atrae mi misterio, no quieren de veras saber mi historia real. Si tan sólo pudiera contarles quién soy o mejor dicho, quién era, quién quería llegar a ser. Ellos se conforman con mi sonrisa. Mi estúpida sonrisa.

Pagar con mi alma a cambio de la inmortalidad fue un precio demasiado alto. La eternidad es una condena.

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